Después de perder la apuesta, ¡me filmó frotando, tocando, y dándome placer!

Después de perder la apuesta, no tuve más opción que cumplir los términos que me fijó. Con la cámara rodando me dejo suelto, tocando y explorando bajo su atenta mirada. Cada movimiento fue capturado, una mezcla de vulnerabilidad y emoción, ya que abracé el castigo juguetón. Esto era más que una apuesta, se convirtió en una experiencia inolvidable.